BYE PASIÓN,¿HOLA FRACASO?


Durante años, se nos ha hecho creer que el motor de una relación de pareja debe ser la pasión: el deseo intenso, las mariposas en el estómago, el romance arrollador. Pero la realidad, como bien señala Arthur C. Brooks —catedrático de Harvard y experto en felicidad—, es que los matrimonios más felices no se sostienen por la llama del amor apasionado, sino por la calidez del amor de compañía. 

Y es que, aunque la pasión es parte del arranque de muchas historias, no suele ser lo que las mantiene vivas con el paso de los años. Esa chispa inicial está ligada a una respuesta bioquímica que, inevitablemente, se diluye con la rutina, las responsabilidades, la crianza, el cansancio y la vida en general.

¿Significa esto que las parejas están condenadas a apagarse? Para nada. Significa que el amor necesita transformarse para mantenerse vivo. Y ahí es donde entra la complicidad. Estamos diseñados biológicamente para que esa fogosidad desaparezca, así que en nuestro tejado está ahora la pelota de mantenerla de otras formas. He tenido la oportunidad de hablar sobre este tema en la Newsletter de Antena 3,  puedes leer el artículo y ver la entrevista que me hicieron pinchando aquí. 

La complicidad como nueva forma de intimidad
Complicidad no es solo llevarse bien. Es entenderse sin hablar, compartir miradas cómplices en medio del caos cotidiano, saber cuándo el otro necesita un abrazo o un respiro. Es reírse juntos de cosas que solo ellos entienden. Es ese espacio seguro donde ambos pueden ser vulnerables sin miedo.

Muchas personas temen que su relación termine pareciendo “una amistad con convivencia”. Y sí, si falta intimidad, ternura y cuidado mutuo, es posible que lo parezca. Pero cuando la amistad viene acompañada de gestos cotidianos de amor, sigue siendo una forma muy valiosa de vínculo íntimo.

Lo sensual vs lo sexual:
Cuando hablamos de intimidad, muchas veces se reduce el concepto y nos cuesta imaginar cómo encontrar sensualidad donde antes existía sexualidad. Pero la verdad es que la sensualidad —entendida como presencia, contacto, sensibilidad y ternura— puede ser igual o incluso más poderosa que lo puramente físico.

Acariciarse sin objetivo, abrazarse en silencio, mirarse con calma, tocarse con intención… todo eso forma parte del mundo sensual que muchas parejas descuidan cuando la rutina se impone.

Explorar la sensualidad en la pareja es una forma de mantener viva la conexión íntima incluso cuando el deseo sexual fluctúa. Y no solo en la vejez o en momentos de enfermedad, sino también en la vida diaria: cuando hay estrés, cuando hay hijos, cuando no hay energía.
Es en este nivel de complicidad – libertad – descentralización de las relaciones íntimas donde se encuentra clave, que es seguir siendo pareja sin que la relación se tambalee por la falta de deseo. De hecho, se mantiene fuerte porque existe sensualidad y otras formas de intimidad.

La ternura como expresión madura del amor
Hay una escena que me gusta compartir en consulta: la de una pareja de abuelos. Llevan décadas juntos. Por problemas articulares ya no pueden mantener relaciones como antes, pero cada noche, uno le echa crema al otro en la espalda. O se masajean las piernas cansadas después de un día largo. Ese momento, aparentemente simple, es su espacio de intimidad. No hay pasión en el sentido clásico, pero hay conexión, cuidado, piel, amor.

Eso también es erotismo. Eso también es amor. Y es profundamente íntimo.

El desafío está en no acomodarse… pero sí evolucionar
No se trata de resignarse a que la pasión desaparezca, sino de dejar de exigirle a la relación que funcione eternamente en modo «película romántica». Se puede reinventar el deseo, se pueden encontrar nuevas formas de disfrutar del otro, pero la base debe ser una amistad fuerte, una admiración mutua y un deseo profundo de cuidarse.

En resumen:
El amor apasionado es hermoso, pero efímero si no se transforma.
La complicidad, la ternura y el cuidado son los pilares del amor duradero.
La intimidad no siempre pasa por el sexo: un gesto cotidiano puede ser profundamente erótico cuando hay conexión emocional.
La sensualidad permite mantener viva la conexión íntima en cualquier etapa de la vida.
Las parejas felices no son las que siempre arden, sino las que saben encenderse de nuevas formas.

¿Y tú? ¿Estás cultivando ese amor que evoluciona, que se adapta y que, sobre todo, cuida?

5 comentarios en “BYE PASIÓN,¿HOLA FRACASO?”

  1. Qué pena cuando deciden romper la relación porque ya no sienten esas mariposas… y van saltando de relación en relación como si buscasen un amor de película…

  2. Totalmente. Una relación debe basarse en algo más que la pasión, porque la intensidad inicial de una relación no se mantiene estable durante toda la vida

    1. Por eso hay mucha gente que se deja llevar por esa química del comienzo, sin buscar otras bases y pilares comunes en la otra persona y cuando la pasión desaparece… de repente se dan cuenta que no tienen nada en común y rompen. Lo único que les unía eran ¡sus cócteles hormonales!

  3. Totalmente de acuerdo con lo que comentas, el amor evoluciona y es algo mas que sexualidad, hay mil formas de amor que es lo que realmente hace que funcione la pareja. Me encanta lo que comentas y ojalá mas gente lo aplique en el día a día🥰

    1. ¡Bienvenida, Paola! Me alegra que lo que comparto resuene contigo, la verdad es supone un alivio para muchas parejas revisar el sentido de intimidad, dejamos de enfocarnos en uno que desaparece sin más remedio y trabajamos otros que dependen del compromiso y de la voluntad de atender al otro, ¡gracias por tu comentario!

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